El jardín de las delicias en una nube ecléctica

Siempre he querido empezar un post con un -¡¡Hola terrícolas!!- y sobre todo cuando comienzo la mañana trabajando con #MarkRonson, Kasabian (L.S.F. – Version Revisited) y me vienen a la mente «pantallazos» de un café frappé en la terraza del Kitchen Bar, un concepto moderno de restaurante-café-bar en una nave reformada con vistas al Egeo, un lugar único que conocí en un viaje que hice hace unos años a Thessaloniki
 ¿Por qué me acuerdo de esto ahora? por la mezcla ecléctica del lugar, que por cierto, si conocéis a algún griego os dirá la etimología de cada palabra de procedencia griega. Ecléctico (εκλέγω) también, es el arte de escoger lo mejor de cada momento de la historia. En este momento de mi trabajo me identifico mucho con ese concepto, como un resurgir creativo de cosas que hasta ahora no entraban entre mis preferencias, pero que mezcladas con según qué objetos funcionan muy bien.


Como podéis ver no sólo me ciño a las bodas, ni a estancias, sino a todo tipo de objetos. Esto es porque cuando diseñamos bodas pensamos en el conjunto y muchos de los detalles que incluimos en la decoración son piezas que después utilizarán los novios en su vida cotidiana. Así es mucho más personalizado y el dinero invertido tiene un fondo de saco a largo plazo y con una esencia mucho más significativa que cualquier otro objeto que podamos utilizar para la deco. Por ejemplo, cajones antiguos pintados de distintos colores (urbanoutfitters.com) con botes de conservas teñidos en casa con spray, carteles envejecidos (decoratualma.com), vajillas vintage (anthropologie.eu) y algún mueble sencillo con encanto (etsy.com – PHweld)

¡Las cosas de siempre! Cuando era pequeña me espantaban las cosas que veía en casa, los rosas, los dorados, los vasos ochenteros, los candelabros historiados, las lámparas de lagrimones, los pespuntes, remates de encaje y cualquier cosa que se saliera de la línea pura… Y qué decir de los muebles desconchados, ni verlos. Mi gusto siempre ha tendido hacia lo sobrio, los contrastes limpios y las tendencias modernas. Sin embargo, hay algo en esos detalles de antaño que definitivamente me ha conquistado y de pronto me descubro buscando ofertas para esa cubertería dorada (zarahome.com) que me encantaría colocar en una boda pequeña al aire libre, con vasos bajos de cristal de colores, mezcla de jarrones de cristal con jarras de latón teñidas de blanco, candelabros franceses y mantelerías de colores fuertes bordadas a mano. Y es que las cosas de casa tienen mucho carácter, por eso es tan fácil decorar con ellas.

Rústico + moderno, siempre una apuesta segura. Siempre he admirado la profesión de los arquitectos. ¿Habéis tenido esa sensación de algún olor que os traslada a la niñez? a mí me pasa con este tipo de muebles, me recuerda al estudio de un arquitecto amigo de mis padres que visitábamos cuando era pequeña. Me volvía loca esa estantería preciosa llena de planos, revistas y libros de arte. Lo mismo me pasa con las cajas antiguas de madera que tanto se han puesto de moda en todas las bodas. Sigo buscando la tendencia, el aroma viejo con la funcionalidad moderna. Y me encuentro con telas de motivos geométricos (suturno.net), mobiliario (decoratualma.com) que parece de jardín pero que en interior le da un look mucho más completo y un candelabro de madera y tubería de cobre (vernazagonzenbach.com) que me tiene, como dicen ahora todos en Pinterest obsessed! A esta mezcla añadimos un centro de flores con capullo cerrado en tonos malvas y morados y flores silvestres color rojo anaranjado.

Y de los puros, pasamos a los contrapuntos. Pasamos del blanco/negro a los pastel, poniendo elementos decorativos que rompan con los básicos. El típico mueble chino no tiene por qué ser rojo o negro, los cojines estampados con connotaciones tropicales quedan perfectos con mobiliario moderno, las sillas de bambú en una mesa elegantemente cursi, las plantas en maceteros de distintos tipos y alturas con carteles que encierran mensajes positivos. Un lujazo para los sentidos.

Seguimos con aroma casero, y digo aroma y no DIY porque lo que aparece en la foto de 100layercake.com no es nada fácil de conseguir, está estudiadísimo y realizar algo así no resulta nada barato, pero es un claro ejemplo de una decoración que llena el espacio. Madera y cristal, ¡mis favoritos! ramas de campo, espigas y flores nada románticas con tonos apagados. ¿Qué tipo de comida serviría en un sitio con una deco así? Los platos básicos con un toque especial, como quesos artesanos, cremas caseras, empanadas y vino. De postre, helados argentinos con su gotita de aceite de oliva y frutos secos. ¿Os gusta sorprender?

Un clásico de este verano, rosa, verde, morado y metálicos. Esto no es fácil que quede bien con cualquier mantelería, ahí está la complicación. En un post próximo os contaré el truco. De momento os adelanto el ejemplo de decoración en un estilo determinado de boda, moderna mezclada con bohemia, romántica pero atrevida.

Otro clásico, que viene de largo y la tendencia se prolonga, porque son bodas muy divertidas, más que solemnes, y permiten que los invitados interactúen y haya movimiento en las bodas. Cosas que me encanta introducir, mesas de buffet con aceitunas, higos, ciruelas, tirabeques, focaccias y hogazas de pan.

Manteles crudos con elementos que rozan lo estridente, pero de forma equilibrada, composiciones imposibles de flores con centros de cristal con plumas y vajillas antiguas mezcladas sin sintonía. Para acertar hay que arriesgar…

Búsqueda de la inspiración en las cosas que nos inquietan. Como por ejemplo, carteles con nidos de pájaros (frankgonzales.net), jarras opacas como centros de mesa, etc. Cosas que introducidas en una mesa con cierta gracia decoran mucho más que grandes objetos llamativos.

Mis dos viejas pasiones: las tipografías y las texturas. Siempre forman parte de la decoración en nuestras bodas. Son elementos relativamente baratos y muy sorprendentes.

Cosas que cautivan a cualquiera. Mantas como manteles, jofainas como centros de mesa, teteras, cestos de huevos para ramas de olivo… Hay cosas que te trasladan a una boda en una casa hogareña del sur de Kentucky. No me resisto a poner esta foto de Style me pretty, ¡espectacular!

Otro ejemplo de pequeñas notas de personalidad en una mesa, sin que falten los carteles, los zumos y la luz de las velas.

Boda íntima en el jardín, corona de flores, espalda al aire con encaje (Etsy-MichalWurll), pelo recogido, sillas desiguales, mesa antigua de madera maciza, lámparas de crochet… La decoración que pide este tipo de boda es cubertería de plata envejecida, flores silvestres en 2 tonalidades, platos con mensajes personalizados y una cena a base de arroz con marisco, carrilleras con dátiles y sorbete de mandarina, con un buen vino y un ambiente iluminado a la luz de un viejo quinque.

Para decorar un interior industrial: madera, metal, blanco y elementos decorativos como corpóreos geométricos de distintos colores, pequeños portavelas árabes, vajillas modernas con un pattern en colores pastel y pequeños centros con ranúnculos rosas, naranjas y amarillos.

Si por el contrario, nos ceñimos a una boda en terraza o jardín poco florido, muy familiar  pero con un coste elevado de plato per cápita, buscamos detalles muy llamativos. Eliminamos mantelería en la mesa del banquete, introducimos copas antiguas, portavelas dorados, centros con mucha hoja verde bañados por fuxias que levantan el color y blancos que despiertan la luz de la mesa. Y velas negras, nada comunes en las bodas, que dan este aspecto tan generosamente elegante a la mesa. En el chill out, muebles modernos con tonos lisos (thedesignfiles.net)

Bodas en un patio jerezano: ramas de olivo, vajillas con dibujo que recuerdan a La Cartuja, bajo plato de cristal, un camino de mesa liso, porta velas de colores y un par de cartelitos que no desentonen. Añadiríamos un par de macetas con el borde pintado con pan de oro como cubiteras de hielo. Los elementos naturales que están determinados para exterior, introducidos con sentido funcional en el interior, quedan genial.

Bodas rústicas, casi de mesón vallisoletano. Grandes vajillas, centros de verduras (el último que pusimos, de mumumio.com, sensacional) portavelas troquelados y copas de cristal de Baccarat.

Y por último, una boda tipo BBQ old style con mantelería blanca, mezcla de porcelana con platos de madera, centros altos con flores burdeos y amarillo apagado. Los platos del buffet aportan todo el color que necesita la mesa y basta con colocarlo de forma sugerente para que el conjunto sea un éxito. Añadiría un par de porrones de vino tinto y unas jarras de infusiones frías caseras de mango, frambuesa y lima-limón, por supuesto, con sus respectivos cartelitos.

Si os ha gustado este jardín de mezclas y os habéis quedado con ganas de más ejemplos chulos (que podéis rescatar en nuestros tableros de Pinterest con las cosas que nos emocionan) ya estamos preparando el siguiente post dedicado a la materia, la repetición, el equilibrio y alguna cosa sorprendente, con websites de artistas que no os podéis perder.

Feliz verano y hasta el próximo post! ;P

 Nara Connection




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