Conociendo la casa de María Vázquez, bloguera de Dr. Livinghome

De pequeña se hizo su propia cabaña ante los ojos atónitos de sus padres, quienes no se sorprendieron cuando, años después, una ya crecidita María les comunicaba que sí, que dejaba su trabajo como responsable creativa de eventos para dedicarse por entero al blog Dr. Livinghome, “clínica virtual para casas mal decoradas” –según dice ella misma– abierto el 15 de abril de 2015. “Empecé a transformar muebles para evitar que mi casa fuera como las de mis amigos”, cuenta. María vive de alquiler junto a su chico, Mick, profesor de inglés y dueño, muy a su pesar, de la espalda que carga con los muebles que María va encontrando en mercadillos, rastros y aceras.

De un vistazo
Quién vive aquí: María Vázquez y su novio, Mick Green
Blog: Dr. Livinghome
Situación: Madrid
Superficie: 72 metros cuadrados, incluyendo la terraza
Fotografías: Javier Bravo

Como hizo el escocés David Livingstone y el resto de exploradores victorianos del XIX, cuyas hazañas María lee a menudo, a esta bloguera gallega le gusta adentrarse en la selva de objetos y muebles de los mercadillos: “Hay tiendas vintage con cosas muy bonitas, pero yo disfruto encontrando en El Rastro una pieza que los demás dirían que es inservible o fea”, explica esta vecina de Madrid desde hace 11 años.

Además, y por seguir con la temática selvática, a María le chiflan las plantas, perfectas y verdes compañeras de los muebles de líneas rectas y estilo Mid Century que decoran su casa, todo un jardín de las delicias.

La zona de día no es muy grande, pero María ha conseguido crear diferentes ambientes. La cocina se separa del salón-comedor con una pequeña doble puerta. “Parece un armario, pero dentro está la cocina”, desvela la bloguera, entre risas.

Todas las sillas son de segunda mano. “En la anterior casa, usábamos la mesa de comedor como escritorio y cogimos la mala costumbre de comer y cenar en la mesa de centro viendo la tele. Aquí queríamos deshacernos de ese hábito y busqué la forma de encajar una mesa de comedor y un pequeño escritorio. ¡Ahora comemos sentados como adultos y sin la tele!”, dice María. Sobre el aparador, vemos una hermosa Aralia y un potos (Scindapsus njoy). La lámpara del techo con brazos es una versión DIY inspirada en una que María vio en casa de su hermana mayor: “Aún tengo que cambiar las piezas de plástico que cubren las bombillas por otras de cristal”, cuenta.

La estantería del salón, de obra, ya estaba cuando María y Mick llegaron: “Nos venía bien porque tenemos muchos libros y películas”. En un rápido vistazo, Martin Amis, Paul Auster, Graham Greene y los Cohen nos saludan. “Aún no me he apuntado a la moda de ordenar los libros por colores, pero si mi casa estuviera muy basada en los colores, me lo pensaría”, reconoce: “El último que me he leído es Un perfecto equilibrio, de Rohinton Mistry”.

En la pared principal, llama la atención un lienzo de una pareja besándose pintado por María… No, no son ella y Mick: “Es una imagen icónica de una corriente musical de los años 90, el Britpop: Damon, del grupo Blur y Justine, de Elastica, besándose. Yo no tengo formación de pintora, pinto lo que veo y voy improvisando”, cuenta. Cuelgan también algunas imágenes de naturaleza, colinas y senderos: “Es Yorkshire, de donde es Mick, al norte de Inglaterra. Estuvimos en invierno; es un paisaje impresionante”, recuerda.

Por toda la casa vemos piezas de cerámica,compradas a artesanos de Albacete, Vigo o Madrid:

“Con la cerámica, me dejo llevar por lo que siento. Me gustan las piezas imperfectas y los colores negros, rojos, amarillos, verdes, marrones o blancos, nunca compro de color azul”, detalla.

“Para restaurar los muebles y piezas que enseño en el blog necesito tener materiales siempre a mano y esta casa no tiene mucho espacio de almacenamiento. Puse un estante tras el sofá, donde guardo cosas que quedan escondidas”, cuenta.

El sofá es de Maisons du Monde; María le cambió las patas y le puso un tablero de madera. “El cojín de flores es del salón de mis padres, ¡es mi tienda favorita!”, dice. Para la mesa de centro, María utilizó tubos de cobre, cortados y piezas de tubería.

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